martes, 29 de agosto de 2017

Otros caminos a Liébana

A   CAMINO LEBANIEGO POR PALENCIA CAMINO OLVIDADO RUTA VADINENSE Los vadinienses eran una de tantas tribus del cantábrico, anteriores a los romanos, que habitaban la zona comprendida entre Mansilla y las montañas de Picos de Europa en los siglos II a IV d. de C. Vivían en castros, formando grupos familiares; se alimentaban con pan hecho de bellotas, bebían sangre de caballo; tenían costumbres matriarcales y estaban siempre dispuestos a defender su independencia y costumbres con la guerra, estando preparados para morir en el fuego o envenenados por el producto del tejo, antes de entregarse como esclavos prisioneros. De ahí toma su nombre la ruta que une el Camino Lebaniego, desde el Camino del Norte, con el Camino Francés. Históricamente, esta ruta cobra mucha importancia ya que tenía todo el sentido que los peregrinos que ya estaban en Santo Toribio, acudieran hacia Compostela, subiendo desde Cosgaya hasta el puerto del Cubo o desde Fuente De por el Puerto de Pandetrave hasta Portilla de la Reina y bajando por el río Esla hasta contactar en la zona de Mansilla de las Mulas, en León con la ruta tradicional o Camino Francés.   Q   Cervera busca visitantes coincidiendo con el Año Jubilar Lebaniego Cervera de Pisuerga ofrecerá un intenso programa de actividades durante todo el Año Jubilar Lebaniego entorno al Camino Lebaniego Castellano y el Camino Olvidado de Santiago. Se celebra un congreso que redescubre a Cervera de Pisuerga como cruce de Caminos de Peregrinación; “1º Congreso de Historia de la Montaña Palentina; "Cervera en todos los Caminos”. Con el objetivo de potenciar el Camino Olvidado de Santiago, y el Camino Lebaniego Castellano en la Montaña Palentina; Ayuntamiento y diversas asociaciones ofrecerán todo tipo de actividades desde la apertura de este año Jubilar, en Abril de 2017, hasta su cierre el 23 de Abril de 2018. El edificio del Ayuntamiento de Cervera como antiguo Hospital de Peregrinos; una de las pocas referencias históricas en la Montaña Palentina que simboliza el paso de los Peregrinos por el Camino Olvidado de Santiago y el Camino Lebaniego Castellano por Cervera de Pisuerga. El primer congreso de Historia de la Montaña Palentina reúne a un conjunto de historiadores nacionales que nos expondrán sus investigaciones para hacernos participes del pasado de esta tierra. El hilo conductor de las ponencias será el Camino Olvidado de Santiago y la peregrinación a Santo Toribio de Liébana a través de la Montaña de Palencia. El Jueves Santo, 13 de abril a las 13:00 horas y a cargo de D. Angel Luis Barreda, Director del Centro de Estudios del Camino de Santiago, tendrá lugar un acto inaugural del Año Jubilar Lebaniego en el Ayuntamiento, cuyo edificio fue Hospital de Peregrinos en la Edad Media. Nuestro anfitrión descubrirá allí una placa conmemorativa que reproduce en castellano el texto en latín, recientemente restaurado, que existe en la fachada principal del Ayuntamiento y que da testimonio del que fue Hospital de Peregrinos bajo la advocación de la Magdalena. A continuación se realizara un peregrinaje por el casco histórico de Cervera para arrancar al Año Jubilar a Santo Toribio por el Camino Lebaniego Castellano desde la Plaza Modesto Lafuente y Casa de los Leones (lugar de sellado de credenciales para Peregrinos) Plaza Mayor, Barrio y Mier, Calle de los Labradores hasta el Parque de la Barcena. De esta forma Cervera de Pisuerga se redescubre como cruce de caminos de peregrinación hacia Santo Toribio de Liébana, y hacia Santiago por el Camino Olvidado.   Cervera reivindica su protagonismo en el Año Jubilar Lebaniego Comienza el I Congreso de Historia de la Montaña Palentina bajo el lema "Cervera en todos los caminos" Placa conmemorativa instalada en el Ayuntamiento / Ayuntamiento de Cervera La comarca cántabra de Liébana celebra este 2017 su Año Jubilar Lebaniego, como sucede cada once años, desde 1512, por conservar uno de los trozos más grandes de lo que se considera la cruz de Cristo. Privilegio que comparte con los grandes centros de peregrinación de la Edad Media como Roma, Jerusalén o Santiago de Compostela. Más de cinco décadas de peregrinación hasta llegar a esta comarca cánatabra que, inevitablemente, hacen pasar esta ruta por la provincia palentina y, en concreto, la localidad norteña de Cevera de Pisuerga, una villa que guarda un gran vínculo con esta tradición. Es más, el historiador local, Jorge Ibáñez, ha rastreado en los últimos meses la estrecha relación entre los cerveranos y esta tradición. Vínculo que se remonta hasta el siglo XIII y que tiene una continuidad en el tiempo hasta el pasado siglo. A partir de ahí, explica, “se pierde el camino y el sentido de peregrinación” de ahí que Cervera sea uno de los hitos de la ruta lebaniega castellana, que parte desde la catedral de Palencia. Este historiador también explica que los habitantes de la localidad continúan profesando devoción y tradición a esta festividad y, por tanto, aunque el sentido de la peregrinación se haya ido difuminando con el paso del tiempo los cerveranos siempre van a seguir asistiendo “por una cuestión de vecindad” y porque la comunicación y relación con la comarca cántabra “es muy fuerte”. De todo ello parte la idea del Ayuntamiento de Cervera de Pisuerga, y de varios vecinos de esta villa del norte de la provincia, de conformar un amplio programa de actividades vinculadas a la celebración del Año Jubilar con el objetivo de reivindicar su posición dentro de la ruta castellana y, también en torno al Camino Olvidado, como focos de atracción turística para la localidad. Por ello, durante esta semana se celebrará el I Congreso de Historia de la Montaña Palentina y bajo el lema 'Cervera en todos los caminos' se abordará el nexo de unión de la localidad y, en él, también se presentarán las conclusiones de la investigaciones realizadas alrededor de ello por algunos expertos nacionales, como Ibáñez. Todas estas actividades dieron comienzo el pasado jueves, cuando el edficio Consistorial, descubrió una placa conmemorativa que muestra su pasado como Hospital de Peregrinos de esta ruta, una de las pocas referencias históricas en la zona norte de Palencia y que evidencia el paso de los peregrinos por el Camino Lebaniego o por el Camino Olvidado a Santiago. CAMINO LEBANIEGO El Año Jubilar Lebaniego descubre los paisajes y la historia de Palencia Una ruta de peregrinación de cerca de 200 kilómetros conduce al viajero de Palencia a Cantabria Peregrinos junto al Canal de Castilla La celebración del Año Santo Lebaniego rescata en este 2017 el antiguo pero casi inédito camino de peregrinación por tierras castellanas, una ruta recientemente mejorada que cuenta con más de 500 años de historia y que brinda 200 kilómetros de senderos entre la capital palentina y el corazón de Cantabria a los «crucenos» que se dirigen hasta Santo Toribio de Liébana para venerar las reliquias del Santo y su famoso Lignum Crucis. La ruta entre los campos meseteros y la brañas cántabras tiene su punto de partida en la Catedral de Palencia y pasa por localidades como Frómista, Osorno, Herrera, Alar del Rey, Cervera de Pisuerga, San Salvador de Cantamuda y Camasobres hasta llegar a Cantabria a través de Piedrasluengas. Además, el Camino Lebaniego Castellano conecta con el Sendero GR-1 que recorre la zona norte palentina. El camino Lebaniego a su paso por Frómista Son, en total, 183 kilómetros los que discurren por la provincia de Palencia y repartidos en once etapas, pensadas tanto para quienes se dirigen a pie como para los que opten por recorrer la ruta en bicicleta. Un recorrido hacia a un norte cargado de historias y de leyendas a través de variados paisajes donde confluyen la razón, representada por el Canal de Castilla; la naturaleza del Parque Natural de la Montaña Palentina; y el arte de la zona norte en la que se da una altísima concentración de templos románicos. En definitiva, un Camino de culto, cultura y medioambiente, en el que cada peregrino tiene su propio motivo para recorrerlo. Se trata de una ruta cómoda y accesible como resultado de muchos meses de trabajo impulsados por la Diputación de Palencia que se marcó como objetivo el recuperar la peregrinación Lebaniega desde la Meseta a su paso por la provincia para acoger a peregrinos y turistas y así impulsar una tradición que nació hace más de 500 años. La celebración del Año Santo Lebaniego se inicia en el siglo XVI, tras la bula del Papa Julio II del 23 de Septiembre de 1512 por la presencia, en el Monasterio de Santo Toribio, del Lignum Crucis, la reliquia que Toribio de Astorga había traído de Tierra Santa, el trozo de la Cruz de Cristo más grande que aún perdura. El privilegio de la celebración del Año Jubilar hizo del lugar un importante centro de peregrinación, siendo, ya para entonces, uno de los lugares santos más importantes de Europa. Palencia y Cantabria señalizan el Camino Lebaniego para impulsar el turismo Representantes de las instituciones y de las entidades vinculadas al Año Jubilar, en la Diputación. / El Norte La Diputación ha señalizado una ruta de 183 kilómetros, con origen en la catedral de Palencia y destino en Liébana La Diputación de Palencia ha diseñado y señalizado una ruta de 183 kilómetros del Camino Lebaniego Castellano que enlaza con Cantabria para impulsar el turismo y el peregrinaje entre Palencia y el Monasterio de Santa Toribio de Liébana con motivo del Año Jubilar que comienza el 24 de abril. La presidenta de la Diputación, Ángeles Armisén, ha presentado hoy las actuaciones desarrolladas por la institución para promocionar la ruta lebaniega, que tiene su origen en la Catedral de Palencia y su destino en el Monasterio de Santo Toribio de Liébana, y potenciar turísticamente los municipios y recursos por los que transcurre. «Un camino del que ya se habla en el año 1455 y que consta en el libro de actas de la Catedral de Palencia», ha señalado Armisén en declaraciones a los periodistas, recordando que la institución lleva meses trabajando en la recuperación de la peregrinación al Monasterio de Santo Toribio de Liébana desde el Sur, tradición que tiene sus orígenes en la Baja Edad Media. Una de las iniciativas ha sido la señalización de los 183 kilómetros de la Ruta Lebaniega de Palencia, trabajo que el Grupo de Acción Local Liébana ha continuado en tierras cántabras, hasta los 240 kilómetros de recorrido total que se han señalizado con la misma imagen. Según Armisén se ha diseñado una ruta «cómoda y segura» para los peregrinos, que además permite disfrutar de todos los elementos patrimoniales y naturales que ofrece la provincia de Palencia, según informa Efe. La ruta se inicia en Palencia, recorre parte del trazado del Camino de Santiago, se cruza en Frómista con el Canal de Castilla y sigue hasta Alar del Rey, donde el peregrino podrá retomar el camino románico hasta Cervera de Pisuerga para continuar por la ruta natural de la Pernía y Camasobres que enlaza con el Camino Lebaniego en Cantabria. Además se ha editado una guía digital de 58 páginas que se puede descargar gratuitamente y material promocional, mapas, dipticos y carteles, y se está construyendo una página web para dar a conocer este Camino Lebaniego Castellano. Un camino en el que confluyen la razón, representada por el Canal de Castilla; la naturaleza representada por el Parque Natural de la Montaña Palentina y el arte, con una alta concentración de templos románicos. La presentación de estas iniciativas ha tenido lugar ante una treintena de alcaldes y presidentes de Grupos de Acción Local de Palencia y de Cantabria, encabezados por el presidente del Grupo de Acción Local Liébana y alcalde de Vega de Liébana, Gregorio Miguel Alonso. «Todos vamos a salir ganando en esta aventura», ha asegurado Gregorio Miguel Alonso, ya que se pretende que el flujo de peregrinos vaya en las dos direcciones, entre el Monasterio de Santo Toribio de Liébana y Palencia, y enlace con el Camino de Santiago Francés. Por su parte Vicente Vélez, alcalde de Pesaguero (Cantabria), el primer municipio de Liébana con el que enlaza el camino castellano a Santo Toribio, ha animado a la gente a realizar el recorrido que se ha diseñado para disfrutar del camino y "hermanar aun más" a los municipios de Liébana con Palencia. También el alcalde de Frómista, Fernando Díez Mediavilla, ha manifestado su deseo de recuperar un camino con más de 500 años de historia, para que sea una ruta "de futuro" y a la vez sirva para reactivar y difundir todas las zonas naturales y los municipios por las que pasa. El próximo lunes, 24 de abril comienza el Año Jubilar Lebaniego cuya celebración se inicia en el siglo XVI, tras la bula del Papa Julio II en 1512 que convierte el Monasterio de Santo Toribio en un importante centro de peregrinación. Una escapada a San Salvador de Cantamuda Y aunque este que os voy a decir ahora no está en Cantabria, sino en Castilla y León, os recomiendo que si estáis por Liébana, os dejéis un día caer por Palencia y vayáis a San Salvador de Cantamuda al restaurante La Taba, veis la iglesia románica y luego os coméis un menú degustación de cocina súper casera por 16,5€ con tres primeros y tres segundos, o sea, seis platos, bebida y postre. A nosotros nos pusieron menestra, judías y cecina de primero, y trucha, rabo de toro y lechazo al horno de segundo. Además en el mismo salón tienen la parrilla para las carnes y el horno del lechazo. Una pasada de sitio, de esos que se te quedan grabados y hay que ir alguna vez en la vida. Eso sí, reservad… Para rebajar estos manjares, podéis subir al mirador de Piedrasluengas, a 1355 m. También por esa zona está el pueblito Venta Pepín con una sola casa que es la Venta Pepín, se come muy bien. Iglesia románica de San Salvador de Cantamuda Lechazo en restaurante La Taba en San Salvador de Cantamuda VERANOIR Ampliar imagen Imagen de un peregrino del Camino de Santiago. Cerrar · Facebook · Twitter · Google + · Menéame · Email Compartir Fulgencio Fernández | 23/07/2017 A A Imprimir León, tierra de los caminos del Camino Sociedad Cuatro ‘caminos’ principales recorren buena parte de la provincia, cada uno con sus seguidores y defensores, bien es cierto que el Camino Francés lleva un tiempo que es el que acoge más peregrinos En el banco de la casa de Agapito Trigal, en Valverde del Camino, paran los peregrinos, a coger una de las frutas o caramelos que allí les deja con un cartel en el que invita a servirse. El detalle invita a la conversación aunque con los coreanos -numerosos ahora- la cosa no pasa de sonrisas compartidas. Pero son muchos lo que atraviesan –«más de cien al día» dice Agapito ‘El amigo de los peregrinos’– y si es posible la conversación. Una pareja acaba de escribir que son de Bilbao y es la tercera vez que hace el Camino él y la segunda ella, la primera juntos. – ¿Porqué seguís esta ruta? – Es la de siempre. – ¿Sabéis que a través de la provincia de León hay, al menos otras tres? –Nos han dicho, pero es la de siempre y creo que hay más albergues, más señales... No lo sé. –¿Es en las cercanías de las fiestas de Santiago cuando más peregrinos atraviesan León?; le preguntamos a Agapito. – Hace unos días sí se notó algo de los que calculan para llegar a Santiago el día 25, pero las mejores fechas son en junio, cuando el miedo al calor es menor que ahora. La mayoría de los que pasan y entienden para conversar no conocen rutas alternativas a través de la provincia y los que sí lo saben «van a lo de siempre». Es evidente que el Camino Francés ha ganado la batalla de la tradición, de la costumbre, seguramente también la de las infraestructuras. Pero hay más. En los últimos tiempos luchan con más fuerza que nunca otras, a través de asociaciones, de defensores, de negocios que quedan en los otros caminos y ven cómo otras muchas comarcas podrían verse beneficiadas de ese río de visitantes que son los turistas. Otro debate muy presente es si están «aprovechadas» las posibilidades que los numerosos peregrinos que atraviesan la provincia podrían ofrecer. Gráfico de los Caminos de Santiago por la provincia de León. | L.N.C. Las que podríamos llamar «otras rutas» más asentadas son la del Camino del Salvador, el Viejo Camino o Camino Olvidado y la Ruta Vadiniense; aunque entiendo el cabreo que van a coger los defensores de la primera de ellas, la del Salvador, cogiendo en León camino hacia Oviedo por La Robla, Pajares, Pola de Lena... Defienden su historia y acuden a un viejo refrán que lo dice todo: «Quien va a Santiago y no va al Salvador, honra al criado y deja al Señor». Lo dice todo, pero a la vez que es indudable que atraviesa paisajes extraordinarios no es menos ciertos que algunos resultan «duros» para los meses de frío y hay menos infraestructuras. Vicente Taladriz sale del albergue de Poladura, ya es la segunda vez que coge esta desviación. «Llegué a León por el Camino de Madrid, me gustó, y como ya iba de alternativo abandoné el Francés en León. Son municipales, y hay uno en cada lugar, a excepción de Oviedo. Es una experiencia muy positiva, es espectacular todo de la Robla en adelante. Bueno, los albergues... el de La Robla está muy bien, el de Poladura es mucho más modesto pero me han dicho que han hecho un esfuerzo muy grande por tenerlo, creo que son las escuelas viejas... De todas formas merece mucho la pena». En la misma idea están los ayuntamientos que atraviesa este Camino del Salvador. La Ruta Vadiniense También llevan años apostando por la Ruta Vadiniense diversos colectivos, sin olvidar el impagable trabajo que por ella hizo José Fernández Arenas, desde que 2003 fundó la asociación de amigos del Camino de Santiago ruta vadiniense-Picos de Europa. Defendió este Camino que llegando a León desde Liébana atravesaba parajes de Picos de Europa, Cistierna y Gradefes, y enlazaba con el camino francés en Mansilla de las Mulas. Tiene una peculiaridad en la que siempre inciden, que es la única que atraviesa el Camino Lebaniego y el Camino de Santiago. Fernández Arenas lo tenía muy claro: «La riqueza histórica, arquitectónica, cultural y paisajística de toda esta comarca debe ser aprovechada como reclamo para que muchos peregrinos piensen en ella al elegir su trayecto para hacer el Camino, sin olvidar la importancia que para la variante vadiniense siempre tendrá la celebración de los años Lebaniego». La Ruta Vadiniense tiene la ventaja de enlazar con el Camino Lebaniego. El tiempo le viene dando la razón a Fernández Arenas, el desarrollo de infraestructuras no tanto aunque sí se está notando este año la celebración del Año Lebaniego que hace el número 73 desde que se abrió la Puerta del Perdón del cenobio, el 23 de abril. Y un Camino que viene ganando terreno en los últimos años es el que en su nombre lleva una declaración de intenciones, el Camino Olvidado o Viejo Camino, por el que se ha hecho una apuesta importantes desde instituciones como Cuatro Valles o asociaciones como Pro Monumenta, que realiza etapas guiadas para darlo a conocer. Como ellos mismos apuntan en sus guías «se trata de una ancestral y olvidada ruta jacobea que desde Pamplona y Bilbao avanza por el norte del Camino Francés hasta unirse a éste en Columbrianos, cerca de Ponferrada. El camino está hoy en día en fase de recuperación y son poquísimos los peregrinos que lo han recorrido», reconocen, como una invitación a aquellos que buscan algo nuevo. Y nunca desprecies la libertad del caminante. Ayer iban peregrinos por Barrio de la Tercia siguiendo una ruta de «una agencia holandesa» y hace unos años aparecieron en Prioro unos peregrinos a caballo que iban haciendo «El Camino el linea recta des Pamplona». Total, lo que importa es el destino.

Datos generales

942 738 126

Fecha evento: El 16 de abril en domingo – 16/04/2017

Video de arranque                https://www.youtube.com/watch?v=adzF7evu9ws
General sobre El Camino      https://www.youtube.com/watch?v=8kbKLYHf_Lg

Lo que nadie cuenta             https://www.youtube.com/watch?v=zklqOH9hFHA



Monasterio de Santo Toribio de Liébana, final de la peregrinación.



No todos los Caminos de Santiago llevan a Santiago. Algunos se paran antes. Como el Camino Lebaniego, una vía de peregrinación jacobea mediante la que es posible ganar las mismas indulgencias que se si llegara a Compostela pero sin salir de Cantabria.

Al monasterio de Santo Toribio, fundado en torno al siglo VI, llega en plena Edad Media una de las reliquias más importantes de la Cristiandad: el mayor trozo conocido de la Cruz de Cristo, el Lignum Crucis. En el mismo lote viajaban los restos del obispo Toribio de Astorga, encargado en su momento de traerlo desde Jerusalén también para ponerlo a salvo de los seguidores del Islam. Ni que decir tiene que semejante ‘regalo’ catapultó la fama del monasterio hasta el punto de convertirlo en punto de paso obligado para muchos de los peregrinos que transitaban hacia Santiago de Compostela por el Camino de la Costa o del Norte y no resistían la tentación de tocar o besar el madero en el que se clavó a Cristo. Y más desde el momento en el que el papa Julio II otorgó el privilegio a Santo Toribio de Liébana para que celebrara su propio Año Jubilar es decir, la capacidad de redimir todos los pecados cometidos hasta la fecha.

El Año Santo Jubilar Lebaniego se celebra los años que la festividad de Santo Toribio (16 de abril) cae en domingo y supone la posibilidad de obtener el jubileo (perdón de los pecados) para quienes peregrinen hasta el monasterio de Santo Toribio, enclavado en la comarca cántabra de Liébana, en las estribaciones de los picos de Europa.
Dicho monasterio -que inicialmente se llamó San Martín de Turieno- tiene su origen en el siglo VI y en él se guarda el Lignum Crucis, una reliquia venerada por la Iglesia Católica como el fragmento mas grande que se conserva de la cruz de Cristo. Por este motivo, en 1512 el Papa Julio II concedió a Santo Toribio de Liébana el derecho de organizar Años Santos, privilegio que tienen también Roma, Jerusalén, Santiago de Compostela y, desde hace unos años, Caravaca (Murcia), Urda (Toledo) y Valencia.
La tradición dice que fue Toribio, obispo de Astorga y que peregrinó a Tierra Santa en el siglo V, quien trajo a España la preciada reliquia -una parte del brazo izquierdo de la Cruz de Cristo-, que Santa Elena, la madre del emperador Constantino, había conservado en Jerusalén.
A mediados del siglo VIII los restos del obispo Toribio y una serie de reliquias, entre ellas el Lignum Crucis, fueron llevados al monasterio para preservarlos de los musulmanes.
A partir de entonces, el monasterio vivió un importante desarrollo como centro religioso y cultural. Una de sus figuras más destacadas fue el Beato de Liébana, autor de los famosos “Comentarios al Apocalipsis”, bellamente ilustrados y que fueron copiados en multitud de monasterios (los conocidos como “Beatos”).
La decadencia llegó en el siglo XIX con la desamortización de Mendizabal, que obligó a los benedictinos a dejar el monasterio. Santo Toribio permaneció 120 años abandonado, durante los que, sin embargo, no se dejó de venerar la Santa Cruz, por lo que está considerado el monasterio más antiguo de España que ha mantenido su culto ininterrumpidamente.
Entre 1957 y 1961 fue restaurado y remodelado y desde 1961 vive y se encarga de él una pequeña comunidad de frailes franciscanos.
Desde la bula papal de Julio II, en Santo Toribio de Liébana el jubileo se podía obtener durante una semana -desde el domingo de Santo Toribio hasta el siguiente- pero en 1967, el papa Pablo VI amplió el período a todo el año.
El Año Santo Lebaniego comienza con la apertura de la Puerta del Perdón, que se mantiene abierta durante un año.
En ese periodo, los “crucenos” o “cruceros” (como se conoce a los peregrinos de Santo Toribio) pueden alcanzar el Jubileo. Para ello deben atravesar la Puerta del Perdón, rezar, confesarse y comulgar en los 15 días anteriores o posteriores a la peregrinación, y asistir a la “Misa del peregrino”, que tiene lugar todos los días a las 12,00 horas en el Monasterio de Santo Toribio, durante todo el Año Jubilar Lebaniego.
El Camino Lebaniego discurre entre San Vicente de la Barquera y el monasterio de Santo Toribio, recorre 72 kilómetros (generalmente divididos en tres etapas) y posee una credencial específica y un documento acreditativo de la peregrinación, llamado la Lebaniega.
La peregrinación a Santo Toribio enlaza con el Camino del Norte a Santiago de Compostela.
Los últimos años santos lebaniegos fueron en 2000 y 2006; y en 2012 se celebró el 500 aniversario de la Bula Papal Lebaniega.

CONECTIVIDAD WI-FI
Existen 15 balizas que dotan de red wi-fi al Camino Lebaniego. Se encuentran en los siguientes emplazamientos: 

San Vicente de la Barquera: en el Parque en la Avenida Miramar (cerca del aparcamiento en superficie) y junto a la Iglesia de Santa María de los Ángeles; 
Val de San Vicente: en la Plaza de Serdio, cerca de la Iglesia; 
Herrerías: en la Plaza de Cades, cerca del albergue; 
Lamasón: junto a la Iglesia de Santa Juliana, en Lafuente; 
Peñarrubia: en la Plaza de Cicera; 
Cillorigo de Liébana: junto a la Iglesia de Santa María de Lebeña;
Ojedo: junto a la Iglesia de Nuestra Señora en Tama y en la Iglesia de San Sebastián;
Potes: junto al Hotel Picos Valdecoro, en la Plaza del Capitán Palacios; junto al Templete en la Plaza de Jesús de Monasterio y junto a la Estatua del Peregrino; 
Camaleño: en el Monasterio de Santo Toribio de Liébana, en la subida a la ruta de las Ermitas y en la Ermita de San Miguel. 

LA APP Para beneficiarse de la conectividad que proporciona peregrino digital solo es necesario descargase la app a través de App Store o Google Play.
Permite acceder a toda la información necesaria, resolver dudas e incluso compartir fotos. La app permite preparar el viaje a su medida en función de los hitos que se van encontrando en el peregrinaje y, durante el Camino, ofrece seguridad al caminante ya que a medida que se va avanzando se deja una huella con la identidad de la persona y las horas a las que se pasa por cada punto. Permite crear un perfil de usuario con el idioma favorito, puntos de interés, etc.; disponer de información ordenada por localidades, mapas con geolocalización en la ruta del Camino y sus alternativas; agenda interactiva actualizada diariamente; noticias; incidencias georeferenciadas y recibir notificaciones relacionadas y alertas climatológicas.





Etapas

Durante siglos, miles de peregrinos jacobeos han hecho un aparte en el Camino de la Costa para adentrarse en la comarca lebaniega hasta llegar al Monasterio de Santo Toribio y venerar la reliquia del Lignum Crucis. Hoy, los viajeros modernos pueden llegar al corazón de los Picos de Europa siguiendo las huellas de aquellos fieles caminantes. Si tienes algún día de vacaciones para añadir al fin de semana, y quieres conocerlo antes de que se llene de gente en el año Jubilar Lebaniego, 2017, aquí la propuesta.

El Camino Lebaniego va desde Santander a Santo Toribio se puede cubrir en cuatro o cinco días. La duración queda al albedrío de cada uno, a su capacidad física y al tiempo que se quiere invertir en descubrir el enorme patrimonio natural y cultural que atraviesa. La señalización hasta San Vicente de la Barquera es la propia del Camino de Santiago, es decir, flechas amarillas; a partir de aquí y hasta Santo Toribio las flechas se combinan con flechas granates y mojones con el símbolo del Lignum Crucis.

Partiremos desde San Vicente de la Barquera, donde comienza “realmente” el Camino Lebaniego como tal. Por este motivo, sólo vamos a describir el tramo entre San Vicente y Santo Toribio, un trecho montañoso y de especial belleza que se puede cubrir en tres jornadas.


El Camino Lebaniego es una ruta de 72 kilómetros que sale desde San Vicente de la Barquera y termina en la iglesia de Santo Toribio de Liébana (Potes). Las etapas del Camino Lebaniego están perfectamente marcado en todos sus desvíos, siempre con marcas visibles y en algunos puntos con información de distancias a los siguientes pueblos.

Hay bastantes albergues por el camino y algunas casas rurales, así que el alojamiento no es problema, pero si os recomendamos que llevéis agua suficiente para las etapas, sobre todo en días calurosos porque no siempre hay fuentes cercanas. Y sobre el tema de la comida, aunque se atraviesan varios pueblos en cada etapa, no en todos hay bar o tienda para poder comprar alimentos.

La accidentada orografía de los Picos de Europa y de la cordillera Cantábrica delimitan geográficamente el valle de Liébana y condicionan el acceso a Santo Toribio desde las comunidades vecinas de Asturias y Castilla y León. Pese a ello, existen abundantes referencias históricas que avalan la existencia de cuatro vías principales de peregrinación al monasterio de Santo Toribio. Señalizadas recientemente como PR (rutas de pequeño recorrido) dentro de la red de senderos de Liébana. Estos caminos discurren por diferentes trazados según la zona de procedencia.




El Camino Lebaniego discurre entre San Vicente de la Barquera y el monasterio de Santo Toribio, atravesando los municipios de San Vicente de la Barquera, Val de San Vicente, Herrerías, Lamasón, Peñarrubia, Cillórigo, Potes y Camaleño. Ofrece al peregrino un recorrido por parajes naturales de gran belleza jalonados de ejemplos capitales del patrimonio arquitectónico de Cantabria. Permite igualmente unir los Caminos Norte (o de la Costa) y Francés del Camino de Santiago a partir de las rutas leonesa y palentina que recuerdan los lazos históricos de la diócesis de Liébana con los reinos de León y Castilla. El Camino Lebaniego posee una credencial específica y un documento acreditativo de la peregrinación, llamado la Lebaniega. Son muchos los peregrinos que dirigen sus pasos hacia Santo Toribio, enlazando después los dos caminos de Santiago con el fin de ganar ambos jubileos.


Transporte de equipajes y pasajeros

07 jun 2017 17 dic 2017 

¿Quieres hacer el Camino lebaniego sin tu equipaje? La empresa Scapha te ofrece la oportunidad de llevarte el equipaje para que realices el camino de forma ágil y cómoda.

Este servicio ofrece la posibilidad de contratar el servicio de traslado de equipajes y personas en las diferentes etapas del Camino Lebaniego.

Toda la información sobre este servicio la encontrarás en laweb de la empresa organizadora




CAMINO LEBANIEGO- Transporte de equipajes y traslados de personas
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Salidas: fechas a elegir por el cliente
Mínimo de participaciones: 2 personas
Ofrecemos la posibilidad de contratar el servicio de traslado de equipajes y personas en las diferentes etapas del Camino Lebaniego.
Venta: Bajo petición ( El pago se realizará una vez confirmada la reserva)

Descripción del Producto

La accidentada orografía de los Picos de Europa y de la Cordillera Cantábrica delimitan geográficamente el Valle de Liébana y condicionan el acceso a Santo Toribio desde las Comunidades vecinas de Asturias, Castilla y León. 

El Camino Lebaniego discurre entre San Vicente de la Barquera y el Monasterio de Santo Toribio, atravesando los municipios de San Vicente de la Barquera, Val de San Vicente, Herrerías, Lamasón, Peñarrubia, Cillorigo, Potes y Camaleño. Ofrece al peregrino un recorrido por parajes naturales de gran belleza jalonados de ejemplos capitales del patrimonio arquitectónico de Cantabria. Permite igualmente unir los Caminos Norte (o de la Costa) y Francés del Camino de Santiago a partir de las rutas leonesa y palentina que recuerdan los lazos históricos de la diócesis de Liébana con los reinos de León y Castilla. El Camino Lebaniego posee una credencial específica y un documento acreditativo de la peregrinación, llamado la Lebaniega. Son muchos los peregrinos que dirigen sus pasos hacia Santo Toribio, enlazando después los dos caminos de Santiago con el fin de ganar ambos jubileos.

transporte de equipajes y personas

Condiciones del servicio 
equipajes 
Hora de recogida: a partir de las 09.00 horas.
Hora de entrega: antes de las 16.00 horas.
Lugar de recogida: en el alojamiento o lugar que se determine en el momento de la contratación. Nuestro servicio es cubrir un itinerario, por lo que no podemos esperar, si el equipaje no está en la hora y lugar acordado. El cliente no tendrá derecho a ningún tipo de reclamación
Mínimo: 2 equipajes o bultos, por servicio
Contacto: tno.: (34) 942 23 65 55 – mail: scapha@scapha.com – web: www.scapha.com
Pago: en el momento de la contratación del servicio por transferencia o tarjeta de crédito. Las facturas solicitadas serán enviadas por mail. 
Peso máximo por equipaje/unidad: 15 kgs., con suplemento de 5€ – hasta 20 kgs. 


Las etapas del Camino Lebaniego

Las 3 etapas oficiales son:
ETAPA 1. San Vicente de la Barquera – Cades (28,5 Km con 654 m de desnivel)
ETAPA 2. Cades – Cabañes (30,53 km con 1525 m de desnivel)
ETAPA 3. Cabañes – Santo Toribio (13,7 km con 328 m de desnivel)

Camino Lebaniego en 2 etapas:
Y si por el contrario te encuentras fuerte y quieres hacerlo en dos días, puedes hacerlo alargando la primera etapa y juntando las etapas 2 y 3 sin pasar por Cabañes.
ETAPA 1. San Vicente de la Barquera – La Fuente (39 km con 850 m de desnivel)
ETAPA 2. La Fuente – Cicera – Lebeña – Potes – Santo Toribio (28 km)

Camino Lebaniego en 3 etapas, sin pasar por Cabañes:
Otra opción para aligerar la segunda etapa y eliminar desnivel es la de hacer la tercera etapa saliendo de Cicera, subiendo hasta el Alto del Arceón, bajar a Lebeña y desde Lebeña seguir por el desfiladero de la Hermida hasta Potes y después seguir hasta Santo Toribio de Liébana. Esta última etapa tiene mucho menos desnivel acumulado pero personalmente no la recomiendo, ir andando por el Desfiladero de la Hermida durante los 9km que separan Lebeña de Potes es bastante peligroso, suele haber bastante tráfico y la carretera es muy estrecha.
ETAPA 1. San Vicente de la Barquera – Cades (28,5 Km con 654 m de desnivel)
ETAPA 2. Cades – Cicera (15 km)
ETAPA 3. Cicera – Lebeña – Potes – Santo Toribio (19 km)

Camino Lebaniego en 3 etapas:
Otra opción si solo se dispone de 3 días es alargar hasta el pueblo de La Fuente la primera etapa para reducir el desnivel acumulado y la distancia en la segunda, la más dura para nosotros. En La Fuente está el albergue municipal, pero hay que llevar comida porque no dispone de bar ni restaurante. Una opción es desviarse 1km hasta Quintanilla donde sí hay un restaurante, una casa rural y un pequeño supermercado.
ETAPA 1. San Vicente de la Barquera – La Fuente (39 km con 850 m de desnivel)
ETAPA 2. La Fuente – Cabañes (17 km con 1350m de desnivel)
ETAPA 3. Cabañes – Santo Toribio (13,7 km con 328 m de desnivel)

Camino Lebaniego en 4 etapas:
Si se dispone de un día más, una buena opción es dividir la segunda etapa en 2, hacer un día desde Cades hasta Cicera, un pueblo con albergue equipado y un par de restaurantes, y al día siguiente continuar con la ruta hasta Cabañes.
ETAPA 1. San Vicente de la Barquera – Cades (28,5 Km con 654 m de desnivel)
ETAPA 2. Cades – Cicera (15 km con 500m de desnivel)
ETAPA 3. Cicera – Cabañes (12 km con 1050m de desnivel)
ETAPA 4. Cabañes – Santo Toribio (13,7 km con 328 m de desnivel)

Camino Lebaniego en 5 etapas:
Si tienes tiempo y te apetece hacer el Camino Lebaniego más tranquilamente también tienes la opción de repartir los 72km en 5 etapas.
ETAPA 1. San Vicente de la Barquera – Muñorrodero (12.3 km)
ETAPA 2. Muñorrodero – Cades (15.2 km)
ETAPA 3. Cades – Cicera (15 km)
ETAPA 4. Cicera – Cabañes (12 km con 1050m de desnivel)
ETAPA 5. Cabañes – Santo Toribio (13,7 km con 328 m de desnivel)


Albergues de peregrino 


Cómo se gestó



Hola a todos,

hace unos años, unos cuantos, Juan apareció por el Único con un pequeño folleto. ¿Sabéis?, dijo, en 2017 se celebra el Año Jubilar Lebaniego. Javi y yo nos miramos desconcertados. ¿A qué viene éste hombre con eso del lebaniego?. Ya habíamos hecho un Camino a Santiago, pero eso de ir a Liébana a visitar la Lignum Crucis nos sonaba un poco como a desmano.


Inmediatamente, como podéis suponer, me puse a buscar información sobre el tema. Y sí, era un evento de gran trascendencia en uno de los 5 lugares santos a los que la cristiandad peregrina desde hace siglos: Jerusalém, Roma, Santiago de Compostela, Caravaca de la Cruz (muy recientemente) y... Santo Toribio de Liébana, en la Cantabria profunda, en los Picos de Europa y la ladito de Potes.

Así que, unos años después, aquí estamos. Con la bici preparada y la mochila dispuesta. Iniciaremos la peregrinación desde Leioa. Las dos primeras etapas por el Camino del Norte, siguiendo la ruta jacobea. Y, desde San Vicente de la Barquera, otras dos etapas ya por el Camino Lebaniego, como unos Crucenos más ("crucenos": los que van a visitar la lignum crucis de Liébana).

Pero el grupo está mermado. Uno de los Trigrinos, Javi, se rompió hace ya 1 año el fémur en una arriesgada y peligrosa maniobra de inicio de un ascenso a la cuesta de Fidel, preparando la Larra-Larrau de 2016. Desde entonces pena entre hospitales y fisioterapeutas para conseguir, al menos, andar sin dificultad.

Aún así, nos va a acompañar unos kilómetros andando por las veredas cercanas a Potes. ¡Suerte para él y suerte también para nosotros!.

La suerte está echada. Vamos a por otro reto. 









jueves, 17 de agosto de 2017

Datos históricos

PRÓLOGO

En el año 379, el emperador Graciano escogió a un general hispano, Teodosio (o Teodosio I, también conocido como Teodosio el Grande) para ocupar el trono del Imperio de Oriente. Éste, después de eliminar a un usurpador del trono de Occidente en 388, reinó sobre todo el Imperio romano.
Tras convertirse al cristianismo en 380, hizo de ésta la religión oficial del Imperio, prohibiendo la herejía arriana, los cultos paganos y el maniqueísmo.
La unificación del Imperio duró poco: a la muerte de Teodosio, el Imperio se dividió entre sus dos hijos.
El 31 de diciembre del año 406, diversos pueblos germánicos atravesaron la Galia. Los Suevos se establecieron en Galicia (al noroeste de España), los vándalos y los alanos se establecieron en Andalucía.
Durante ese tiempo, Ataúlfo, jefe de los visigodos y sucesor de Alarico I, se casó en el 414 con Gala Placidia, la hija del emperador Teodosio I el Grande. Pero, empujado por el gobierno de Rávena, se trasladó a España, lo que causaría que las guerras entre los bárbaros se multiplicaran en la Península Ibérica.
Al mismo tiempo, estos pueblos sufrieron una "romanización". Así, los visigodos se unen a una coalición romana encabezada por el general Flavio Aecio, siendo rey de los visigodos Teodorico I, para enfrentarse a la alianza de los hunos mandada por su rey Atila. La batalla de los Campos Cataláunicos, en la que Teodorico murió, se desarrolló cerca de Orleans, en el 451.
Poco después Eurico, el rey de los Visigodos, viajó a España y se proclamó su primer rey independiente. El Imperio romano había dejado de existir. Eurico, fiel a las doctrinas de Arrio, instó al rey Suevo de Asturias a convertirse al arrianismo.

Arrianismo en España y vuelta del cristianismo
En el 325, el obispo Osio de Córdoba fue convocado por el emperador Constantino al primer concilio ecuménico en Nicea para condenar las doctrinas de Arrio (Jesucristo siervo de Dios).
Los Visigodos, también arrianos, contribuyeron a extender la herejía por la península. Pese a que sólo el 5% de la población la practicaba, hicieron del arrianismo la religión oficial del estado.
Tras esto, los clérigos católicos se refugiaron en los ámbitos rurales.
A comienzos del siglo VI, el rey visigodo Leovigildo contrajo matrimonio con Teodosia, la hermana de Isidoro de Sevilla. Isidoro intentó reconciliar a los Visigodos con los "hispano-romanos" y se muestra de acuerdo con el Símbolo niceno en lo que concierne a la naturaleza de Cristo. Uno de sus hijos casó con una nieta cristiana de Clodoveo. El otro, Recaredo, se convirtió al cristianismo en el 587 y abjura oficialmente del arrianismo en el concilio de Toledo (589), arrastrando con él a la reina, la corte y a los obispos visigodos herejes.
El arzobispo de Toledo queda como primado de España y la Iglesia es sostenida por los soberanos. Estos nombran a los obispos que, a cambio, ejercen un control sobre la administración real.
Pero los visigodos deben hacer frente a epidemias, hambres e incursiones de francos. Las guerras de sucesión devastan el país. Un aspirante al trono de Toledo, Agila II, refugiado en Ceuta (Mauritania en la antigüedad), para garantizarse la victoria sobre su enemigo Rodrigo pide la ayuda de tropas de el Magreb. Así pues, en el año 711, Táriq ibn Ziyad cruza el estrecho cuyo nombre en adelante se asocia al suyo.

Expansión del Islam y resistencia cristiana

Los 7000 hombres de Tariq no eran árabes sino bereberes, de los que los árabes, que ocuparán poco después África del Norte, eran aliados, si bien esta alianza conoció momentos bajos debido a que los bereberes eran tratados como musulmanes 'de segunda'. Y este antagonismo entre las dos etnias debilitará a los nuevos amos musulmanes de España.
En tres años fue ocupada la Península, a excepción de una parte de la Cordillera Cantábrica (futuro reino de Asturias) que forma en el noroeste del país una especie de fortaleza cuyas cumbres alcanzan a menudo más de 2000 metros, e incluso más de 2600 metros en los Picos de Europa. Muy pronto acuden los cristianos a refugiarse allí, en particular de Toledo. Pelayo se hace elegir jefe de los rebeldes con los que atacará las guarniciones berberiscas.
Tranquilamente instaladas en Córdoba, o estando ocupadas en razzias en el sur de Francia, las fuerzas musulmanes no se preocupan al principio de la rebelión. Sin embargo, se envía una expedición a Asturias. Pero allí, Pelayo, fingiendo huir, atrae a bereberes y árabes a las gargantas de Covadonga, los divide en grupos y, según la leyenda, los extermina en gran número cerca de Liébana. El reino de Asturias se consolida a partir de entonces en torno a Cangas de Onís, con Pelayo como rey.

Árabes y mozárabes
Mientras que Asturias se refuerza cada vez más y se puebla, los cristianos que viven bajo el yugo musulmán se encuentran en la misma situación que antes bajo la dominación de los visigodos arrianos. Sujetos a impuestos que sólo se les aumentan a ellos, no tienen derecho a construir nuevas iglesias ni a fundar nuevos conventos. Una vez más son numerosos los que se refugian en el campo, mientras los invasores permanecen en las ciudades. De nuevo las ermitas aparecen en lugares remotos. Los cristianos que viven en tierra musulmana no pueden practicar su religión excepto si antes juraron lealtad a un jefe moro.
En 791, el rey asturiano Alfonso II el Casto traslada la capital del reino a Oviedo y, a pesar del saqueo de esta ciudad en 794, comienza la Reconquista.
En este contexto histórico y en una región donde los huidos del Islam estaban aportando una cultura muy rica, particularmente en el ámbito artístico, es en el que Beatus de Liébana (Beato para los españoles), monje en un convento del valle de Liébana, escribe su comentario del Apocalipsis.


HISTORIA

Fue Santo Toribio de Astorga, custodio las reliquias de Jesucristo en Jerusalén, quien contando con el permiso del papa de su época, trasladó un trozo de la Cruz hasta Astorga, ciudad de la que fue Obispo. Dicha reliquia fue traslada a Liébana por cristianos que querían ponerla salvo de los musulmanes que se encontraban ya en puertas del norte de la península en el avance de su invasión. Y fue el revulsivo definitivo para que el Monasterio de Santo Toribio y Liébana se convirtieran en importante lugar de peregrinación.
La consolidación de las peregrinaciones lebaniegas no fue efectiva hasta el Renacimiento, cuando el papa Julio II estableció el Año Jubilar Lebaniego, privilegio que fue ratificado al año siguiente por su sucesor, León X, que llegó a comparar el jubileo lebaniego con el jacobeo, equiparando así Liébana con Santiago.
A Liébana comenzaron a llegar cristianos desde todos los puntos cardinales creando, sin ser conscientes de ello, una red de caminos que perfiló toda una trama de santuarios interrelacionados. Así, muchos peregrinos que se dirigían a Santiago por el Camino de la Costa se desviaban para acercarse a Liébana.
Desde la Edad Media, los peregrinos que querían llegar hasta la Cruz custodiada en Santo Toribio de Liébana, peregrinaban por el Camino Lebaniego hasta llegar al monasterio también para adorar los restos del Santo Toribio de Astorga. A la Cruz y a los restos del Santo se le atribuían propiedades curativas y milagrosas.
Allí se acudía, igualmente, a adorar al Lignum Crucis, por eso a los peregrinos del Camino Lebaniego se les conocía como “crucenos”, “cruceros” o “Peregrinos de la Cruz”, los que llegaban a adorar a la Cruz. En el oficio religioso se les acoge todavía hoy con estos versos cantados

“Peregrinos de la Cruz 
Ya en la Puerta del Perdón,
Venimos con alegría 
Al encuentro del Señor”

El Camino Lebaniego, junto con la Ruta Vadiniense, hacían de pasarela entre el Camino del Norte y el Camino Francés, en Mansilla de la Mulas, para llegar a Santiago de Compostela. Históricamente tenía mucho sentido que los peregrinos que llegaran hasta Santo Toribio continuaran Camino hasta el lugar de descanso del Apóstol.
Ambos caminos de peregrinación han sido declarados recientemente Patrimonio de la Humanidad Unesco.
Toda reliquia o vestigio religioso vinculado a un lugar santo de relevancia, en el mundo cristiano está ligado a un Camino de Peregrinación. Y en esto Cantabria ocupa un lugar destacado por su peculiaridad: Cantabria es la única región del mundo cristiano que cuenta con DOS CAMINOS DE PEREGRINACIÓN.

Por un lado, por Cantabria transcurre la parte del Camino de Santiago que se conoce como Camino del Norte y que va desde Ontón hasta Unquera, pasando por Castro Urdiales, Laredo, Santoña, Santander, Santillana del Mar, Comillas y San Vicente de la Barquera. Son 9 etapas que enlazan, al principio con la última del País Vasco, Portugalete-Pobeña-Ontón-Castro Urdiales y al final con la primera de Asturias, la etapa Unquera-Llanes.
En estos momentos, este camino, el Camino del Norte está en auge por la espectacular belleza de sus paisajes. Junto al Camino Primitivo, que va desde Oviedo a Santiago de Compostela pasando por Lugo, este Camino, el del Norte, que se inicia en Irún, podría ser considerado el primer camino que utilizaran los peregrinos para llegar hasta la tumba del Apóstol, la más antigua de las rutas de peregrinación jacobeas.
Por otro lado, Cantabria cuenta con su propio Camino de Peregrinación con destino santo jubilar, el Camino Lebaniego que se separa del Camino del Norte, en Muñorrodero, a 12 km. de San Vicente de la Barquera y llega hasta Santo Toribio de Liébana. 


BEATO DE LIEBANA

Beato de Liébana
A día de hoy la Iglesia lo reconoce más como un texto profético que simplemente vinculado a una época histórica. Asimismo también puede ser considerado como un libro, que lejos de anunciar el fin del mundo, contenga las claves de la salvación del ser humano, en clave espiritual, más como un camino a recorrer con sus claves, señales veladas tras su simbología, tal y como ocurre en el Camino de Peregrinación del verdadero peregrino.

El personaje político
Beato de Liébana se enfrentó a Elipando, el Obispo de Toledo, para desterrar la corriente religiosa del Adopcionismo, es decir, apodó hereje al Obispo de Toledo por decir que Jesucristo era hijo adoptivo de Dios y no hijo de sangre de Dios como defienden los encarnacionistas. Beato, con la ayuda de Carlomagno logra imponer su cosmovisión y se alza como el máximo exponente político de la época, ya que política y religión eran en ese momento iban de la mano..
“Lo que había empezado por una cuestión de terminología técnica, se había agigantado y logró dividir a la Iglesia Española Mozárabe (y libre) e incluso a la antigua Iglesia del Pirineo oriental arrebatada a los musulmanes e incorporada al dominio franco. Elipando aún a sus ochenta años dirigiría otra carta a Carlomagno en la que deshonraría la figura de Beato.“
Beato de Liébana es un personaje de gran importancia política ya que además de su obra, es el personaje que marca un determinado rumbo de la historia de la España que comenzaba a ser reconquistada y unificada. Por un lado Beato de Liébana gana la batalla intelectual dentro de la Iglesia sobre el adopcionismo y, por otro lado, escribe el O Dei Verbum donde habla de España, pudiendo ser considerado el primer ideólogo de la reconquista española.
Es vital ubicarse en un momento de la Historia del mundo donde religión y política caminaban juntas, estamos en plena Edad Media. En este momento Elipando, el Obispo de Toledo, comienza a defender la idea de que Jesús era hijo adoptivo de Dios, lo que se conoce como el Adopcionismo, en contra de la Cristología Cristiana, la idea de que Jesús es Cristo y no “el Hijo de María” como lo llamaban los musulmanes. Beato se levanta, intelectualmente hablando contra esta idea y contra el Obispo de Toledo, el que, aunque cristiano, vivía en zona musulmana. Beato gana la batalla apoyado fielmente por Alcuino de York, primer consejero del Emperador Carlomagno, y una única corriente de pensamiento prevalece en la historia de la Iglesia a partir de ese momento.
Además, Beato, comienza a ensalzar la figura de Santiago El Mayor. Comienza a defender la idea de que el Apóstol era el evangelizador de España y con ello se empieza a aglutinar una idea de unión y comunión alrededor de su figura, que empieza ya a perfilarse como el Patrón de España. Beato se consideraba en posesión de la traditio, el heredero de la verdadera palabra del Apóstol Santiago que había elegido España para renacer.
“La gran luz proyectada por la pluma de Beato sobre el mundo brotó probablemente de su declaración del patronazgo de Santiago sobre España; esta declaración fue eficacísima para introducir entre los peninsulares la devoción a un apóstol al que jamás se había invocado”
Apenas tres décadas más tarde, en el 813, Teodomiro, arzobispo de Iria Flavia, descubriría el sepulcro del Apóstol en Compostela; y el propio Rey, Alfonso II el Casto, sería el primer peregrino desde la corte de Oviedo a la tumba del Apóstol, donde mandó levantar un templo en su honor. No se sabe a ciencia cierta si Beato aún vivía y conoció este hecho, pero los datos históricos de los que se dispone acuerdan en reconocer que Beato de Liébana fue un personaje vital para la historia social, política y religiosa de España, en su momento y de cara al futuro de un país que comenzaba a recuperar su identidad nacional.
En la actualidad, La Torre del Infantado de Potes, alberga una exposición permanente, sobre el Beato de Liébana: “El Cosmos de Beato de Liébana”. Se trata de una exposición única, excelente, recoge la mejor colección de beatos del mundo, libros de los que se habla a continuación...


El libro de Beato, su beato
Se designa con el nombre de Beato a cualquier manuscrito copia de los comentarios al Apocalipsis originales de Beato de Liébana, es decir todas las copias entre los siglos IX y XIII del original redactado por vez primera en el año 776, en el monasterio de Santo Toribio de Liébana. Dichos libros, copiados en distintos Scriptoria de la Península llevan texto e imágenes o “miniaturas” que marcan también un nuevo rumbo artístico en la época.
Cuando se habla de Beato, se hace referencia al personaje, al abad autor del libro o códice de los comentarios, pero al mismo tiempo se hace también referencia al libro que escribió y a las sucesivas copias conocidas como “beatos” que se sucedieron durante los 5 siglos posteriores, a raíz de ese original que Beato de Liébana escribió en el monasterio de Santo Toribio, en el corazón de los Picos de Europa.
Así las cosas, el libro de Beato fue uno de los libros más copiados a lo largo de toda la Edad Media y sus ilustraciones o miniaturas influyeron decisivamente en la escultura románica de iglesias y catedrales a lo largo del Camino de Santiago. Sus imágenes salían al paso del analfabetismo de la población, explicando la lucha entre las fuerzas del mal y las triunfales y celestes fuerzas del bien. Y enseñaba cómo iba a ser la segunda venida de Cristo y el Fin del Mundo.
No se ha conservado el libro primigenio que escribió Beato, pero sí más de una veintena de las sucesivas copias, como hemos venido diciendo denominadas beatos, en honor a su epónimo, que se fueron realizando en numerosos scriptoria de monasterios de la Península (León, Zamora, Palencia, Burgos, La Rioja) y Europa, entre los siglos IX y XIII, a medida que su códice iba viajando de monasterio en monasterio, para la edificación de los religiosos y las gentes.
Así, los copistas y miniaturistas que copiaban a Beato, de los que conocemos algunos como Magius, Emeterius, la monja En, Oveco, Stephanus, Dominicus, Munius, Egeas, Facundus, padecieron las mismas calamidades que su maestro Beato en el monasterio de Santo Toribio. Escribiendo con la pluma de ave o penna, o con la de origen vegetal, el cálamo, realizando la tinta, preparando los pigmentos, cuya toxicidad los iba envenenando poco a poco, lo que, junto a los rigores invernales del Norte de la Península en el interior de los pétreos muros de gélidos cenobios, ayudaba a debilitar la salud del abad y resto de monjes que lo siguieron a lo largo de cinco siglos.
La labor en el scriptorium era ardua y costosa para Beato y los suyos, pero para el monasterio suponía también un gasto de unas 300 pieles de cordero, de ahí que como viene recogido en el cartulario del cenobio, el comitente de la obra tuviese que entregar la cantidad de 3 vacas preñadas para obtener su precioso y valioso beato copiado.
Conocemos la existencia de Scriptoria, (Scriptorium en plural, en latín), el lugar donde se hacían los beatos, su número es limitado y son fácilmente identificables. Se sitúan principalmente en Asturias (Oviedo), en León León, Abellar, Bobadilla, Tábara (Zamora), Castilla la Vieja (Valcavado, Cardeña, Valeránica, Arlanza, Silos), la Rioja (Albelda, San Millán de la Cogolla) y Castilla la Nueva (Toledo).


El personaje religioso
Uno de los personajes religiosos que se contribuyeron a la importancia del Monasterio de Santo Toribio de Liébana fue Beato de Liébana. 
Beato de Liébana fue figura clave de la Iglesia hispana y europea, por dos motivos bien claros: fue defensor de la ortodoxia católica frente a la herejía adopcionista de Elipando de Toledo y fue el creador e impulsor del culto a Santiago Apóstol con su poema “O Dei Verbum”, en el que lo proclama “Cabeza refulgente de España”.
En el año 813, Teodomiro, arzobispo de Iria Flavia, descubriría el sepulcro del Apóstol en Compostela; y el propio Rey, Alfonso II el Casto, sería el primer peregrino desde la corte de Oviedo a la tumba del Apóstol, donde mandó levantar un templo en su honor. Asimismo, Beato mantuvo gran amistad con el abad de Tours, Alcuino de York, consejero del emperador Carlomagno por lo que sus enseñanzas fecundaron toda Europa.
La obra cumbre de Beato, pieza fundamental en la historia del arte y la cultura, fue su “Comentario al Apocalipsis de San Juan” obra que llegó a ser el primer bestseller de la Edad Media y que acabaría denominándose “beato” en honor a su autor.
Con ella nuestro abad lebaniego aportó claridad en la lectura y comprensión del Apocalipsis. Beato inmerso y afectado por la época bélica que se vivía en la Península Ibérica en aquel entonces anunció que el fin del mundo llegaría en el año 800.
“En la Carta de los obispos de Spania a sus hermanos de la Galia, Elipando cuenta que Beato, en la vigilia de la Pascua, profetizó a un tal Ordoño y al pueblo lebaniego la inminente llegada del fin del mundo, por lo que, aterrorizado y enloquecido, el pueblo permaneció sin tomar alimento toda aquella noche y el domingo hasta la hora nona, en la que el citado Ordoño, al sentirse hambriento, se cuenta que dijo al pueblo: Comamos y bebamos, y si hemos de morir, al menos que estemos hartos.”
En el IV Concilio de Toledo, en el año 633, se aprueba la lectura diaria durante el tiempo de Pentecostés, del Libro del Apocalipsis de San Juan Evangelista. Un libro cargado de símbolos de muy difícil lectura y compresión.
El uso del comentario de Beato fue obligatorio, su lectura impuesta y los sacerdotes debían conocer la totalidad de sus escrituras. Sus textos cargados de imágenes explicativas a modo de cómic ayudaron a la lectura, al estudio y a la comprensión del Apocalipsis. Es decir, acercaron el conocimiento a todo el mundo.

“Facilita la Inteligencia del libro de la revelación”


Elipando de Toledo
Elipando de Toledo (717-†808) fue arzobispo de Toledo a finales del siglo VIII, y el principal defensor del adopcionismo.
Nació el 25 de Julio del 717, según ciertos autores. Fue Arzobispo de Toledo durante el reinado de Mauregato (algunos sitúan la vigencia de su arzobispado entre el 754 y el 800). Sostuvo que la naturaleza divina de Cristo es adoptada. Dice, quizás por influencia del islam y por el pasado visigodo arriano, que Cristo es Hijo de Dios no por naturaleza, sino por adopción del Padre.
Las causas de su conversión son explicadas por su amistad personal con Félix de Urgel, quien a una consulta a causa de la doctrina, extendida por Córdoba y Andalucía, le contestó que Jesucristo, en cuanto hombre, era hijo adoptivo de Dios. El prestigio que aún mantenía la iglesia visigoda sirvió para extender la doctrina entre los mozárabes. 
Algunos obispos, como Ascario, de la diócesis de Braga, le siguieron. Además, estaba la presión de los musulmanes, cuyo arzobispado poseían, y a causa de ello aceptó las doctrinas islámicas que dicen que Jesús era sólo un profeta, por ello solo un hombre. 
Adosinda, viuda del rey Silo, que había tomado los hábitos de religiosa resistió la herejía adopcionista de Elipando, quien quería atraerla hacia su causa. Adosinda convocó una reunión con Elerio, obispo de Osma, y con Beato de Liébana, para dirigirle una misiva a Elipando. Sus hombres de confianza combatieron también esta doctrina. 
Dada su extensión, la doctrina adopcionista no tardó en ser condenada, primero por el Beato de Liébana y Eterio, obispo de Osma. Ambos dirigieron a Elipando una carta apologética defendiendo la doctrina trinitaria, a instancias de Adosinda. También combatieron la herética doctrina en dos libros, que según Ambrosio de Morales y algunos otros autores españoles, se conservaban originales en los archivos de Toledo. 
Cabe señalar, como curiosidad, que según la tradición el Beato de Liébana le llamó «Testiculum anticristi» ("pequeño testigo del Anticristo").
Elipando, siendo consciente a partir de este momento de la enorme resistencia que se encontraba a su doctrina, visitó a Carlomagno en Aquisgram, solicitando un concilio en el que se condenase a Beato de Liébana. Dicho concilio se celebra en el año 794 en Frankfurt, teniendo presentes al arzobispo de Milán y al célebre Alcuino de York. 
Dos años más tarde se condenaría por herejes a Elipando y a Félix en Ratisbona, juicio que fue ratificado por el Papa Adriano. 
Elipando vivió hasta los 83 años, defendiendo siempre su doctrina. Dicen que murió en la llamada Jornada del foso de Toledo, el año 797, aunque no coinciden las fechas


O Dei Verbum
Himno litúrgico del reino asturiano de la Alta Edad Media en el que se invoca por primera vez al apóstol Santiago como patrón de España. Su autoría está en discusión, aunque no su datación, que se acostumbra a situar entre los años 784 y 785, durante el reinado del monarca asturiano Mauregato (783-788).
El conjunto del himno está destinado a ensalzar a los apóstoles como difusores excepcionales del mensaje de Cristo, y recoge su misión en tal sentido. Aunque en el caso del apóstol Santiago no se aluda a su predicación hispana sí se establece ya la vinculación. Aparece sorprendentemente como patrón peninsular:

“Oh, muy digno y muy santo Apóstol [Santiago],
dorada cabeza refulgente de Hispania,
defensor poderoso y patrón especialísimo
asiste piadoso a la grey que te ha sido encomendada.”

El poema le pide al Apóstol que proteja al rey Mauregato y le suplica que sea el pastor de su clero y de su pueblo. Todo indica que el himno va dirigido a levantar los ánimos de los cristianos del reino astur, en aquel momento aislado en una España dominada por los musulmanes. Se ha dicho que sería una forma de reivindicar el protagonismo real y moral que la Iglesia y el reino asturiano tenían en aquel tiempo ante los demás cristianos peninsulares, al ser los únicos situados en un territorio no musulmán.
La gran difusión del himno en Asturias crearía, según determinados autores, las condiciones psicológicas necesarias para que unos años después (820-830) el obispo de Iria Flavia, Teodomiro, viese en un sepulcro abandonado existente en el extremo del reino, en Galicia, la tumba del Apóstol. La aparición, a finales del mismo siglo VIII, de un oficio litúrgico dedicado a Santiago cada 30 de diciembre en la Iglesia galaica refuerza este ambiente, aunque desconozcamos los motivos originales de la situación.
La atribución de este himno al Beato de Liébana (s. VIII) es la que más éxito ha tenido. La han sostenido Sánchez Albornoz y Pérez de Urbel, entre otros, y más recientemente el medievalista compostelano López Alsina, pero también son numerosos los expertos que la rechazan y la consideran obra anónima.


Comentario al Apocalipsis
“Commentarium in Apocalypsin” es la principal obra de Beato de Liébana. La dedicó a Eterio de Osma, otro religioso que se refugió en la Liébana cántabra huyendo de la invasión árabe. La atribución de la obra a Beato se considera cierta, aunque no tenemos ningún testimonio directo de que su autor sea él. La obra generó una de las más importantes colecciones de manuscritos iluminados, los llamados "Beatos".


Del Commentarium se supone que hubo varias redacciones. El cálculo de las edades del mundo en el libro IV induce a sospecharlo. La primera redacción se remontaría al año 776 y la segunda al 786, en plena controversia adopcionista. En ésta habría una refundición, añadido de textos ajenos al comentario, modificación de la cronología y la dedicatoria a Eterio. La autoría del Commentarium se basa precisamente en la dedicatoria y en la suposición generalizada de que en esa época y en esa parte de la cristiandad sólo podía componer una obra tal el autor del “Apologeticum adversus Elipandum“, obra con la que tiene coincidencias textuales.
Es una obra de erudición pero sin gran originalidad, hecha sobre todo de compilaciones. Beato toma extractos más o menos largos de los textos de los Padres y Doctores de la Iglesia; en particular, San Agustín, San Ambrosio, San Ireneo, San Isidoro. También está el comentario del Libro de Daniel por San Jerónimo.


En el prólogo de esta obra figura un mapa del mundo, llamado Mapa Mundi, destinado a ayudar al lector a localizar los lugares mencionados en las Santas Escrituras.


LA BULA LEBANIEGA
En 2012 se cumplieron 500 años desde el 23 de septiembre de 1512, año en que el Papa Julio II concedió el privilegio a Santo Toribio de Liébana para que celebrara un Año Jubilar cada vez que el de 16 de abril cae en domingo. Año en el que se abre la Puerta Santa del cenobio y con ella los 365 días de indulgencia plenaria, perdón y renovación. En Roma, en su año santo correspondiente, se abre la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro. Estas puertas, también conocidas como “Puerta del Perdón”, se abren tras los golpes de un martillo, simbolizando el esfuerzo que supone peregrinar, atravesar la puerta y pasar al otro lado.
Entre los romanos LA BULLA o bula, era una medalla que llevaban los niños hasta los 16 años o hasta que se casaban. Durante la Antigüedad se le dio el nombre de Bula a cualquier escrito de los príncipes que llevase un sello de oro, plata o plomo. Posteriormente, durante la Edad Media la palabra Bula se utilizó para los edictos de los soberanos, en especial los del Imperio, pero también a los acuerdos entre diversos príncipes. A partir del S.VI se comenzó a utilizar un sello circular, generalmente de plomo aunque en ocasiones muy solemnes, podía utilizarse el oro, como medio de autentificar ciertos documentos. Se lo llamó bula por asemejarse a las medallas de los niños romanos.
Por último el término de Bula vino a aplicarse exclusivamente a los escritos de los papas sobre algún asunto de importancia doctrinal o disciplinaria. En el caso de tratarse de un documento papal, la Bula llevaba impresa en el anverso el nombre del Papa bajo cuyo pontificado se emitía el documento, y en el reverso las inscripciones SPE y SPA divididas por una cruz, siglas que hacen referencia a San Pedro y a San Pablo.
Esta Bula o sello se sujetaba al documento por medio de una cuerda de cáñamo o de una cinta de seda roja o amarilla. El documento, hasta el S.XI, era de papiro, lo que explica los pocos originales que se han conservado, quedando en muchos casos sólo el propio sello de plomo. A partir de ese siglo el papiro fue sustituido por el pergamino y posteriormente se usó el papel.
Si bien en los primeros tiempos la Bula hace referencia a este sello y no al documento en sí mismo, a partir del S.XIII el término Buladeja de hacer referencia al sello para pasar a describir al propio documento sobre el que se colocaba y empieza a firmarse también por los Cardenales, ya no sólo por los Papas. En este momento el sello de plomo fue sustituido por la estampación de lacre rojo. Cuando una bula es demasiado importante, se le añade otro sello dorado, y se llama Bula Áurea.
A partir del S.XV, la Bula deja de hacer referencia a cualquier documento papal para reservarse a las cartas apostólicas relativas a materia de fe o interés general, concesión de gracias y privilegios, o asuntos judiciales o administrativos expedidos por la cancillería apostólica. En estos casos la Bula comenzaba con el nombre del Papa, seguido de su dignidad de Episcopus (Obispo) y del título Servus Servorum Dei (siervo de los siervos de Dios). Así por ejemplo si una bula es publicada por el actual Papa, la misma estará encabezada por el siguiente texto: Franciscus, Episcopus, Servus Servorum Dei.
El 23 de Septiembre de 1512, el Papa Julio II concede el privilegio de celebrar Año Santo en Liébana a partir de una Bula, de la cual se han cumplido 500 años. En el documento expedido por el Papa Julio II se comunicaba su orden y deseo de conceder al Monasterio de Santo Toribio de Liébana ese carácter jubilar que permita la redención de los pecados cualesquiera que estos fueren o portaren los visitantes y peregrinos en sus conciencias, lo que se conoce como indulgencia plenaria.
Concede pues la celebración de un Año Santo Jubilar al Monasterio de Santo Toribio de Liébana los años en que la Festividad de Santo Toribio caiga en domingo.


AÑO JUBILAR LEBANIEGO
El pasado Año Santo Jubilar Lebaniego tuvo lugar en 2006 y está contabilizado en los anales eclesiásticos como el septuagésimo segundo. El del año 2017 será el número 73. Este año dicha celebración tendrá lugar el 23 de abril, en vez del 16, dado que ese día es Domingo de Resurrección, y cuando ésto ocurre se traslada la apertura de la Puerta del Perdón al día 23.
Tal y como viene ocurriendo desde la Edad Media, cada cierre simbólico de la Puerta Del Perdón no supone en ningún caso el cierre de las puertas de la actividad hasta el siguiente Año Santo. De igual forma, tampoco supone para Liébana el cierre de las puertas de la acogida, sino que añadiendo este renovado valor a sus ya numerosos recursos, deberá mantenerlas constantemente abiertas para todo aquel que desee conocer esta región disfrutando del legado, el patrimonio y los valores que convierten a esta comarca de Cantabria en nuestra “Tierra de Júbilo”. Ya que no tiene porqué ser Año Jubilar para hacer la peregrinación y vivir la experiencia del Camino.
Tal y como hacían los primeros peregrinos, la visita al Lignum Crucis en el Monasterio de Santo Toribio es visita obligada. En la Edad Media no se concebía peregrinar hasta Compostela sin pasar por Santo Toribio, por Liébana. Este lugar era, en sí mismo, lugar de peregrinación, con identidad propia, la que le deba los poderes curativos y milagrosos que se le atribuían a los restos del Santo de Astorga y a la propia Reliquia.
Algunos de estos peregrinos terminaban aquí su camino, otros muchos continuaban hasta Santiago. Varias eran las rutas de enlace desde Liébana hasta Santiago, cada una con sello particular. Bien atravesando los Picos de Europa, bien retomando el Camino del Norte o bien a través de la Ruta Vadiniense, todos los caminos llevaban hasta Santiago, no sin antes haber llegado hasta Santo Toribio de Liébana.
Si en algún momento los peregrinos hacemos el Camino es importante saber que en todo Año Jubilar haya unas condiciones para obtener la “gracia jubilar”, la indulgencia plenaria, el perdón de todos los pecados. Estas condiciones son las siguientes:

PRIMERO: SE PIDE REZAR:
El Padrenuestro (como signo de que volvemos al Padre Dios)
El Credo (como renovación de nuestra fe)
Una oración por el Papa (Padrenuestro, Salve, Avemaría)

SEGUNDO: HAY QUE CONFESARSE:
Confesión y comunión en el mismo día o en una fecha próxima (15 días antes o después de la peregrinación)

TERCERO: ASISTIR A LA "Misa del peregrino"
Misa que tiene lugar todos los días a las 12,00 horas en los años Jubilares.


Se denomina Año Santo Lebaniego o Año Jubilar Lebaniego a aquel en el que el 16 de abril, festividad de Santo Toribio, cae en Domingo. Se celebra en el monasterio de Santo Toribio de Liébana (Cantabria, España), que junto a Jerusalén, Roma, Santiago de Compostela y Caravaca de la Cruz tiene derecho a celebrar el año santo, en su caso desde que en 1512 se lo permitiese el papa Julio II mediante bula. La razón es que el monasterio guarda el trozo más grande del Lignum Crucis que se conoce. . Con esta Bula se celebra el Año Jubilar para ese día y los 7 siguientes. Sólo 8 días de ese año.
Para llegar hasta el monasterio existen cuatro rutas tradicionales, la de la costa (que discurre por Cantabria), la castellana, la asturiana y la leonesa
El ritual del jubileo comienza con la acogida, saludo, oración y apertura de la Puerta del Perdón del Monasterio de Santo Toribio de Liébana. Esta puerta representa a Jesucristo y quien por ella pase con el corazón arrepentido y las condiciones requeridas, alcanzará el perdón de sus pecados y el acercamiento a Dios Padre para entrar en su Reino. La Puerta del Perdón se abre durante todo el Año Jubilar.
La celebración del jubileo en el monasterio de Santo Toribio de Liébana data del siglo XVI, pero en los documentos pontificios de dicho siglo se dice que es de “tiempo inmemorial”. Algo parecido se afirma en los versos o loores a Santo Toribio del siglo XV, de autor desconocido.


El Jubileo
El Jubileo o Año Santo es una celebración que tiene lugar en distintas Iglesias cristianas históricas, particularmente en la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa, y que conmemora un año sabático con significados particulares. Tiene sus orígenes en el judaísmo y la primera expresión en el mundo cristiano la recoge el Libro de Isaías (Isaías 61:1-2).
“Le entregaron (a Jesús) el volumen del profeta Isaías y desenrollando el volumen, halló el pasaje donde estaba escrito: ‘El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor’. Enrollando el volumen lo devolvió al ministro, y se sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en él. Comenzó, pues, a decirles: ‘Esta Escritura, que acabáis de oír, se ha cumplido hoy’.” (Evangelio de Lucas 4:17-21)
Hay 7 Años Jubilares Perpetuos en el mundo, de los cuales cuatro se celebran de manera oficial, por orden de una Bula Papal, desde la Edad Media y son el Año Jacobeo de Santiago de Compostela, el Año Santo Lebaniego de Santo Toribio de Liébana, en Cantabria y los Años Jubilares de Roma y Jerusalén, los otros 3 se incorporan recientemente.
La PEREGRINACIÓN fue un fenómeno cuyo auge se manifiesta sobre todo en la Edad Media pero no es para nada exclusivo de ese tiempo ni tampoco exclusivo de la Cristiandad como muestran las peregrinaciones a la Meca de Musulmanes o la peregrinación de Budistas al Monte Kailash en el Tibet.
La palabra Peregrino significa "extranjero", en el sentido de viajar más allá, de viajar lejos, de trascender, así la peregrinación es un camino relacionado con el viaje hacia lugares donde se custodiaban reliquias santas o hasta lugares sagrados. La Peregrinación, simbólicamente, representa un camino de búsqueda interior, de encuentro y de renovación. De ahí que en los Años Jubilares "se perdonen todos los pecados, previo reconocimiento y arrepentimiento de los mismos" y que el recorrido del camino hasta la Puerta Santa, de cada lugar santo, pueda llegar a significar un camino de transformación y de contacto con la divinidad o la esencia interior. En su momento también supusieron un revulsivo económico para estos lugares.
El JUBILEO es un término con dos raíces, proviene del hebreo y del latín. En Hebreo hace referencia al “cuerno que sonaba en un año sabático" y el latín le añade el matiz de "júbilo y esperanza". El año Jubilar tiene su origen en el Judaísmo. El Libro del Levítico establecía que cada 50 años debía celebrarse un año santo para descansar, poner a los esclavos en libertad y restituir las posesiones que se habían comprado.
"Declararéis santo el año cincuenta, y proclamaréis en la tierra liberación para todos sus habitantes. Será para vosotros un jubileo; cada uno recobrará su propiedad, y cada cual regresara a su familia” (Levítico 25:10)
En la ACTUALIDAD, El Jubileo o Año Jubilar es la celebración, en algún lugar del mundo católico, de un período de indulgencia de los pecados, siempre asociado a una Bula Papal otorgada desde el Vaticano y en relación a los restos de algún Santo o a Reliquias de relevancia en el mundo cristiano. El Jubileo está, además asociado a un Camino de Peregrinación.
El Jubileo puede ser un Jubileo Ordinario o un Año Jubilar in perpetuum. El Jubileo Ordinario es el que se celebra en un lugar de manera puntual frente al Año Jubilar Perpetuo que se celebra de manera continuada a lo largo de la Historia. Hay Cuatro Años Santos Perpetuos que se celebran desde la Edad Media: el de Jerusalén, el de Roma, el de Santiago de Compostela y el de Santo Toribio de Liébana en Cantabria.

PEREGRINACIÓN A JERUSALEN, "palmeros", porque, si regresaban, lo hacían con palmas, las hojas de la palmera. Las cruzadas y la Orden del Temple surgieron para proteger a los peregrinos cristianos que querían llegar a este lugar cuando los musulmanes la ocuparon, en torno al año 600 D.C. En la actualidad esta peregrinación ya no se hace a pie. Su peregrinación está relacionada con toda la ciudad en general, pero principalmente, con el Templo del Santo Sepulcro, donde se dice que Jesucristo fuera enterrado y más tarde resucitara.

PEREGRINACIÓN A ROMA. El año jubilar en Roma se celebra desde 1300, cada 25 o 50 años según la época y el Papa. A sus peregrinos se les llama "romeros". La principal ruta de acceso a Roma fue la Vía Francígena que arranca desde Canterbury en Inglaterra y atravesaba, de Noroeste a Suroeste, Francia y Suiza, para acceder a Italia por los Alpes. Se inicia con la visita del Arzobispo de Canterbury a finales del siglo X. En la actualidad, el Año Santo de Roma se celebra cada 25 años. El último fue el Gran Año Jubilar de 2000 que implicó a todas las iglesias del mundo, invitando incluso a otras religiones a unirse en una iniciativa ecuménica. El próximo será en 2025, año en que el Papa abrirá la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro.

PEREGRINACIÓN A SANTIAGO DE COMPOSTELA. El período de peregrinación a Compostela surge al unísono del descubrimiento del Sepulcro del Apóstol Santiago el Mayor en el siglo IX y pronto se convierte en el lugar preferido de la peregrinación Europea y sus peregrinos en “concheros”. El éxito del desarrollo del Camino de Santiago se debe a una excelente labor de organización y construcción de infraestructura como hospitales, puentes y calzadas por parte del papado y de varios reyes hispanos. El Año Jubilar Jacobeo se celebra cada año que el 25 de Julio, Festividad de Santiago Apóstol, cae en Domingo.

PEREGRINACIÓN A SANTO TORIBIO DE LIEBANA (Cantabria). La Celebración del Año Santo Lebaniego se inicia en el siglo XVI, tras la bula del Papa Julio II del 23 de Septiembre de 1512 que otorgaba el privilegio de la celebración del Año Jubilar Lebaniego, lo que hace del Monasterio de Santo Toribio un importante centro de peregrinación, siendo, ya para entonces, uno de los lugares santos más importantes de Europa. El motivo de la Bula Papal es la presencia en el monasterio del Lignum Crucis, la reliquia que Toribio de Astorga había traído de Tierra Santa, el trozo de la Cruz de Cristo más grande que aún perdura. Por esto mismo a sus peregrinos se les conocía como “crucenos” o “cruceros”. La peregrinación a Santo Toribio enlaza con el Camino del Norte a Santiago de Compostela, el camino de las primeras peregrinaciones a Santiago. El Año Jubilar Lebaniego se celebra cada año que el 16 de Abril, Festividad de Santo Toribio, cae en Domingo.

OTROS AÑOS JUBILARES PERPETUOS: Sólo hay otros tres años jubilares perpetuos en el mundo, éstos mucho más recientes en la concesión de la Bula. Caravaca (Murcia), en honor a la Cruz de Caravaca. Tiene Bula Papal para ser año santo cada siete años desde 1998. Urda (Toledo), en honor a la Sagrada Imagen del Santísimo Cristo de la Vera-Cruz, con Bula Papal desde 1994 para año que el 29 de Septiembre que caiga en Domingo. Y, desde 2014, Valencia, en honor al Santo Cáliz de la última cena. Tiene Bula para ser año santo cada 5 años y el primero se prevé para 2015.


LIEBANA
La región de Liébana, con sus siete valles y la capital económica en Potes está ubicada a los pies del Macizo Central de los Picos de Europa. Tras la invasión musulmana del año 711, los cristianos que defendían el estado hispano-visigodo se replegaron hacia estas montañas cántabro-astúricas e hicieron frente con éxito en la batalla de Covadonga (722), así como en otras escaramuzas que tuvieron lugar en nuestros montes, como en el cercano lugar de Cosgaya, que sirvieron para tomar confianza de sus fuerzas e iniciar la Reconquista. Aquí se constituyó el reino asturiano con don Pelayo. Este rey, de sangre que ahora sería cántabra, pobló y organizó el territorio de Liébana con cristianos de la Meseta. Entre ellos vinieron monjes que se instalaron en numerosos lugares de la comarca, fundando monasterios como el de Santo Toribio de Liébana.
Liébana es la región de Cantabria que se ubica en la frontera con Asturias, en el centro del Parque Nacional de los Picos de Europa. En la actualidad Liébana es una región de unos 3.000 habitantes cuya riqueza económica principal se basa, por un lado, en la actividad empresarial local y, por otro lado en la actividad turística.
Desde el punto de vista empresarial, la actividad es muy intensa y variada, se centra principalmente en la producción de productos agroalimentarios locales: orujo, queso, miel, mermeladas, embutidos, vino, etc.
Desde el punto de vista turístico Liébana está en plena naturaleza y cuenta con el Teleférico de Fuente Dé que da acceso directo a los Picos de Europa y a sus múltiples actividades: trecking y escalada en verano y raquetas y skí de travesía en invierno.
Pero, sobre todo, Liébana cuenta con una enorme riqueza cultural. Liébana llegó a ser, en la Edad Media, uno de los lugares más importantes de España.
Con la invasión musulmana, el mundo cristiano de la península Ibérica se vio amenazado. Es por ello que personajes ilustres, intelectuales activos, en su mayoría religiosos, se fueron refugiando cada vez más al Norte de País, cada vez más al abrigo de las montañas y de zonas alejadas y de difícil acceso. Así fue como una parte muy importante del mundo cristiano de la Península Ibérica, se refugió en la región cántabra de Liébana entorno a numerosos monasterios. En Liébana llegaron a existir más de una veintena de monasterios entre los siglos VIII, IX y X.
El principal de estos monasterios fue el Monasterio de San Martín de Turieno, conocido en la actualidad como Monasterio de Santo Toribio de Liébana. Y junto a él lugares tan importantes como la Iglesia Mozárabe de Santa María de Lebeña y la Iglesia Románica Santa María la Real de Piasca.
Entre los personajes religiosos ilustres que marcaron la historia de Liébana destaca el Obispo Toribio de Astorga y con él sus pertenencias. Toribio había estado en Jerusalén y de allí trajo varios objetos entre los que se encontraba un trozo de la Cruz de Cristo. Este trozo es el que ahora se conserva en el Monasterio, el que se conoce como Lignum Crucis , considerado por la Iglesia como el trozo más grande que se conserva de la cruz de Cristo y el que hizo que en 1512 se le otorgara a Liébana el estatus de Año Jubilar.
Al monasterio se trasladaron sus restos años después de su muerte para protegerlos de la invasión musulmana y a partir de ahí empezó a crecer la fama de que en el lugar ocurrían milagros, que se daban curaciones, sobre todo mentales. Así, poco a poco, la Reliquia, junto a las Peregrinaciones para venerar los restos del Santo hicieron de Liébana uno de los lugares más transitados a finales de la Edad Media por los peregrinos.
Otro de los personajes religiosos que marcaron la historia de Liébana, en torno al Monasterio de Santo Toribio, fue Beato de Liébana. Beato de Liébana ha pasado a la Historia por escribir los Comentarios del Apocalipsis, libro más conocido como Beato, como su nombre propio, y que resultó ser el primer bestseller de la Edad Media.
También se le considera el primer ideólogo de la reconquista española, el primero que habla de España, cuando ésta aún no existía como Estado ya que a él se le atribuye la autoría del O Dei Verbum donde ensalza la labor “Evangelizadora que el Apóstol Santiago vino a hacer a España”.


EL MONASTERIO
La primera referencia al monasterio de San Martín de Turieno con la nueva advocación de Santo Toribio en es 1125 y pertenecía al patrimonio real. En 1183 el rey castellano Alfonso VIII le cedió a los condes don Gómez y doña Emilia, la cual a su muerte lo entregó definitivamente al monasterio burgalés de Oña. Para entonces nuestro cenobio había conseguido un extenso dominio, que abarca heredades no sólo en Liébana sino también en todas las provincias limítrofes.
Las primitivas construcciones que conformarían el monasterio serían sencillas, dentro del estilo prerrománico, quizás el tipo asturiano o mozárabe. En el año 1256 se construye la actual iglesia, con el apoyo económico de los fieles, por medio de indulgencias concedidas para tal fin por el obispo palentino Fernando.
El templo sigue las directrices del gótico monástico de influencia cirtesciense, con la claridad de líneas y de espacios y la sobriedad decorativa que caracteriza a la arquitectura de San Bernardo. La planta rectangular proporciona un espacio diáfano y la prismática torre a los pies de la nave central remarca el carácter medieval del conjunto (su fisonomía sería similar a la de la Abadía de los Cuerpos Santos, actual catedral de Santander). Han desaparecido construcciones que cerraban el atrio y proporcionaban un aspecto más recoleto al monasterio.



LIGNUM CRUCIS
El Lignum Crucis, “madera de la cruz”, fue traído al monasterio de Santo Toribio de Liébana, Cantabria, junto a los restos de Santo Toribio de Astorga, en la Edad Media.
Las medidas del leño santo son de 635 mm el palo vertical y 393 mm el travesaño, con un grosor de 38 mm. Es la reliquia más grande conservada de la cruz de Cristo, por delante de la que se custodia en San Pedro del Vaticano.
Un análisis científico sobre el sagrado leño, determinó que la especie botánica de la madera del Lignum Crucis es Cupressus sempervivens L., tratándose de una especie autóctona de palestina y que data de aquella época. El ADN de esta reliquia ha servido para autentificar la procedencia de los otros fragmentos conservados.
Fue Santo Toribio de Astorga, custodio las reliquias de Jesucristo en Jerusalén, quien contando con el permiso del papa de su época, trasladó un trozo de la Cruz hasta Astorga, ciudad de la que fue Obispo. Dicha reliquia fue traslada a Liébana por cristianos que querían ponerla salvo de los musulmanes que se encontraban ya en puertas del norte de la península en el avance de su invasión. Y fue el revulsivo definitivo para que el Monasterio de Santo Toribio y Liébana se convirtieran en importante lugar de Peregrinación.
Según el P. Sandoval, cronista de la orden benedictina, esta reliquia corresponde al "brazo izquierdo de la Sta. Cruz, que la Reina Elena, madre del emperador Constantino, dejó en Jerusalén cuando descubrió las cruces de Cristo y los ladrones en el siglo IV.
En la actualidad el leño está serrado y puesto en modo de Cruz, quedando entero el agujero sagrado donde clavaron la mano de Cristo. Pero esto no siempre fue así.

En la Edad Media era común regalar un trozo de reliquia en pago de ciertos favores. Así, poco a poco, el brazo izquierdo de la cruz iba acortándose con el tiempo. Es por ello, que en un momento determinado, viendo los benedictinos que se quedarían sin reliquia, la serraron, la pusieron en forma de cruz (incrustada en un relicario en forma de cruz de plata dorada, con cabos flordelisados, de tradición gótica, realizada en un taller vallisoletano en 1679) y la colocaron en un lugar cerrado y sellado para que nadie pudiera acceder a ella.